Nos han hecho llegar este bonito cuento, pidiendonos que lo compartieramos, y aqui lo teneis...
¿Cómo hemos llegado
hasta esto?
Hace
unos 8 años el Ayuntamiento
de Madrid decidió crear una empresa de cuyo nombre……
Nadie
debía preocuparse pues
la empresa velaría por todos, al fin y al cabo solo querían
gestionar mejor las
actividades culturales.
Todas
las mañanas la empresa
se levantaba, se ponía delante de un espejo y decía: “
¿Espejito, espejito mágico
hay otra empresa más apuesta y que mejor lo haga que yo? ” y el
espejito como
si de un ordenador se tratara hacía pasar un listado de empresas
que eran
mejores que la empresa de la que hablamos.
Esto
daba muchos quebraderos
de cabeza a nuestra empresa, así que decidió que la mejor forma
de conseguir
que la empresa fuera la mejor era gastar y gastar dinero.
Se
hicieron grandes fastos.
No había algarabía municipal en la que no estuviera inmersa
“nuestra empresa”.
¿De dónde saldrá tanto dinero? Se preguntaban sus trabajadores?,
pero nadie parecía
darle importancia a esa pregunta.
Un
día la empresa se reunió
con los trabajadores y les dijo: “ Ya no hay más dinero, así que
podéis ir
preparando vuestras maletas y largaros de aquí?. Pero si
llevamos muchos años
aquí (replicaron los trabajadores). ¡No importa!, ahora solo nos
interesa que
os vayáis. ¿Y por qué no se van los que nos han llevado hasta
esta situación? –Preguntó
el más osado-. Tonterías, a esta situación no nos ha llevado
nadie, es la
crisis, acaso no lo veis.
Y
así fue como una empresa
que iba bien, que no tenía que mirarse al espejo para saber si
era la mejor,
terminó sin sus mejores trabajadores.
Pese
a todo, la empresa
siguió y siguió preguntando al espejo: ¿Espejito, espejito
mágico hay otra
empresa más apuesta y que mejor lo haga que yo? ”. El espejo no
pudo soportar
más y comenzó a resquebrajarse mientras se reflejaban unas
palabras.
“Es
de
necios preguntar por lo que ya tenías y dejaste perder”
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